Laura Sambruno Valero | Superación y esperanza: Mi lucha contra el dolor y la cirugía

Una historia real de lucha contra el dolor, múltiples cirugías y la esperanza renovada gracias a la ayuda de una fundación y un gran médico.

COMUNICACIÓN, SOCIEDAD Y ACTIVISMO

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Una historia de resiliencia: superando el dolor y encontrando esperanza

La vida está llena de desafíos inesperados, y a veces, las pruebas más duras llegan cuando menos lo esperamos. Esta es la historia de una mujer cuya pasión por el tenis y su espíritu inquebrantable la llevaron a superar obstáculos físicos, emocionales y burocráticos, hasta reencontrarse con la esperanza y la alegría de vivir. A través de su relato, descubrimos la importancia de la solidaridad, la lucha personal y el poder de la comunidad.

Infancia y pasión por el tenis

Desde muy joven, el tenis fue una parte fundamental de su vida. A los 12 años, no solo entrenaba, sino que también ayudaba como asistente en clases para niños. Aunque en esa época había pocas chicas en el circuito, su amor por el deporte la mantuvo cerca de las pistas, incluso cuando dejó de competir en torneos. El tenis no era solo un pasatiempo, sino un refugio y una fuente de identidad.

El accidente que cambió todo

En 2012, su vida dio un giro inesperado. Un accidente le provocó la rotura de una vértebra. Aunque la lesión no era operable en ese momento, los dolores y la ciática se convirtieron en compañeros constantes. A pesar de las molestias, siguió haciendo vida normal, tal como le recomendaban los médicos. Sin embargo, el dolor se intensificó con el tiempo, y la falta de respuestas por parte de la seguridad social la llevó a una situación límite.

En 2021, mientras daba clases de tenis, sus piernas se adormecieron de repente. Fue la primera vez en su vida que tuvo que darse de baja laboral. El miedo y la incertidumbre la empujaron a reclamar atención médica con más insistencia. Finalmente, la llamaron para operarla.

Un calvario de operaciones y dolor

Primeras intervenciones y complicaciones

La primera operación fue en 2021, donde le colocaron seis tornillos en la zona lumbar. Sin embargo, el dolor persistía, incluso bajo tratamiento con morfina. Meses después, descubrieron que uno de los tornillos estaba doblado. Tras una segunda intervención, el problema se repitió: el mismo tornillo volvió a doblarse. Las demoras, agravadas por la pandemia de COVID-19, prolongaron su sufrimiento.

Finalmente, le retiraron el tornillo defectuoso y colocaron uno más grueso. A pesar de las intervenciones, el dolor no cesaba. Los médicos le aseguraban que no podían hacer más, derivándola al neurólogo, pero las pruebas y la atención seguían siendo insuficientes. La frustración crecía al sentir que la dejaban en el limbo, sin soluciones y con movilidad cada vez más reducida.

Búsqueda de respuestas en la medicina privada

Ante la falta de avances en la sanidad pública, decidió acudir a un especialista privado. Allí, tras nuevas pruebas, le confirmaron que los nervios estaban comprimidos y que los tornillos se estaban soltando. El diagnóstico era claro: necesitaba una nueva operación, pero el presupuesto ascendía a casi 30.000 euros, una cifra inalcanzable para su familia.

Intentaron conseguir préstamos, pero las puertas se cerraban. La desesperación aumentaba al ver cómo la salud se deterioraba y las opciones se agotaban.

La fuerza de la comunidad: solidaridad y esperanza

Campaña social y el apoyo de la Fundación López Mariscal

En un intento por reunir el dinero necesario, lanzaron una campaña social que logró recaudar 12.000 euros. Sin embargo, las donaciones se estancaron y la meta parecía inalcanzable. La depresión y la sensación de abandono se intensificaron, pero una chispa de esperanza surgió gracias a la iniciativa de una amiga y su tía, quienes contactaron con la Fundación López Mariscal.

La fundación les dio cita y, tras exponer su caso ante José Luis López Fernández, conocido como "el turronero", recibió una respuesta inesperada: "Sí, te voy a ayudar". La emoción fue indescriptible. José Luis no solo se comprometió a buscar al mejor médico, sino que también le transmitió una paz y felicidad que no había sentido en mucho tiempo.

El encuentro con el especialista y la operación definitiva

Gracias a la gestión de la fundación, fue atendida por el doctor Rafael González Díaz, un referente en cirugía de columna. Al revisar su caso, el médico se sorprendió por el daño causado y la mala colocación de los tornillos. Además, detectó una hernia que presionaba la médula, un problema que había sido ignorado en intervenciones anteriores.

La fundación cubrió el resto del coste de la operación, sumando a lo recaudado en la campaña. La intervención fue un éxito: en una sola jornada, corrigieron tanto la zona lumbar como la dorsal. Aunque el daño en la médula era irreversible, la mejoría fue notable. Pasó de estar casi en silla de ruedas a poder caminar, aunque con limitaciones.

El apoyo de la fundación y la calidez humana de José Luis López Fernández marcaron un antes y un después en su vida. No solo recibió ayuda económica, sino también un acompañamiento emocional invaluable.

Renacer a través del tenis y la superación personal

Volver a la pista: el tenis como terapia

Un mes después de la operación, volvió a jugar al tenis, su gran ilusión desde la infancia. Durante mucho tiempo, no pudo acercarse al club porque le resultaba doloroso ver a otros jugar mientras ella no podía. Sin embargo, gracias a la ayuda de Cisco García y la Federación Española, consiguió una silla adaptada y pudo retomar los entrenamientos junto a su compañera Marta.

El tenis volvió a ser su refugio, el lugar donde se olvida de los problemas y disfruta plenamente. La pista se convirtió, una vez más, en su espacio de libertad y felicidad.

Luchando contra la depresión y el dolor crónico

A pesar de la mejoría física, las secuelas emocionales y el dolor crónico persisten. Sigue en tratamiento psicológico y psiquiátrico, enfrentando la depresión que se agravó durante los años de sufrimiento e incertidumbre. La falta de atención médica adecuada y el daño causado por las primeras operaciones dejaron huellas profundas, pero su determinación y el apoyo recibido la impulsan a seguir adelante.

Reflexiones sobre la soledad, la solidaridad y la vida cotidiana

La soledad: entre lo positivo y lo negativo

Para ella, la soledad tiene dos caras. Por un lado, es necesaria en ciertos momentos para encontrarse consigo misma y desconectar del mundo. Por otro, puede ser dolorosa cuando se necesita compañía y apoyo, y estos no están presentes. La experiencia de sentirse sola durante su enfermedad y lucha por atención médica le enseñó el valor de la compañía y la empatía.

Solidaridad y donación: una responsabilidad social

Su experiencia la llevó a valorar la importancia de la solidaridad. Es donante de sangre y médula, convencida de que estos gestos pueden salvar vidas, mucho más que otros conocimientos que a veces se priorizan en la educación. La ayuda que recibió de la comunidad y la fundación reforzó su compromiso con la donación y el apoyo a los demás.

Gustos y aficiones: redescubriendo la vida

A pesar de las dificultades, sigue disfrutando de pequeños placeres cotidianos. Le gusta la comida sencilla, desde la típica comida rápida hasta la repostería casera, aunque no le apasiona cocinar. Sus platos favoritos incluyen tartas de tres chocolates y recetas con cebolla, que considera imprescindibles.

Disfruta de las fiestas populares, especialmente la Semana Santa y la Feria del Caballo. Es amante de los perros, en particular de su labrador cruzado con border collie. Prefiere la radio a la televisión, y aunque no tiene un género musical favorito, evita el reguetón. En cuanto a series, le gustan títulos como "Entrevías", "La Casa de Papel" y "Berlín". La lectura también forma parte de su vida, especialmente libros sobre dislexia, un tema que le toca de cerca por su hija.

Lugares y sueños por cumplir

De Cádiz, le encanta la playa de La Caleta, aunque lamenta la falta de aparcamiento. Sueña con viajar a París, la ciudad del amor, y valora profundamente su cama y, sobre todo, la pista de tenis, donde se siente plena y libre.

El valor de la amistad y la admiración

En la entrevista, menciona a su amiga Marta, quien también va en silla de ruedas y comparte su pasión por el tenis. La admira por su capacidad de superar barreras y practicar deportes que nunca imaginó posibles en su situación. Reconoce que tiene mucho que aprender de ella y valora la amistad como un pilar fundamental en su proceso de recuperación.

Conclusión: una lección de vida y superación

La historia de esta mujer es un testimonio de resiliencia, lucha y esperanza. A pesar de los obstáculos físicos, emocionales y burocráticos, nunca dejó de buscar soluciones ni de luchar por su bienestar. La solidaridad de la comunidad y la intervención de la Fundación López Mariscal fueron clave para su recuperación, demostrando que la empatía y el apoyo mutuo pueden cambiar vidas.

Hoy, aunque sigue enfrentando desafíos, ha recuperado la ilusión y la alegría de vivir. El tenis, la amistad y la solidaridad son ahora sus grandes aliados. Su historia nos recuerda la importancia de no rendirse, de buscar ayuda cuando la necesitamos y de tender la mano a quienes atraviesan momentos difíciles. Porque, al final, la vida siempre ofrece una segunda oportunidad a quienes se atreven a luchar por ella.

Entrevista completa pulsando aquí