Coral García Gago | Empoderamiento y lucha feminista en el medio rural
Coral García Gago comparte su experiencia en la Federación de Mujeres Sol Rural, destacando la lucha por derechos y el empoderamiento femenino en zonas rurales.
COMUNICACIÓN, SOCIEDAD Y ACTIVISMO
El poder transformador del feminismo rural: la historia de Coral García Gago y la Federación Sol Rural
El feminismo rural en España ha sido, durante décadas, una fuerza silenciosa pero imparable que ha transformado la vida de miles de mujeres y sus comunidades. En el corazón de la campiña jerezana, Coral García Gago representa una generación de mujeres que han tomado el testigo de sus madres y abuelas para liderar la lucha por la igualdad, el empoderamiento y la justicia social en el medio rural. A través de su experiencia personal y profesional, Coral nos invita a reflexionar sobre los avances, los retos y la importancia de tejer redes feministas desde la base.
Raíces y vocación: de la biología al activismo feminista
Coral García Gago nació en La Barca de la Florida, una localidad de la provincia de Cádiz. Aunque su formación académica es en biología y dedicó años a la investigación universitaria, su vida ha estado marcada por el compromiso con la igualdad de género. Su madre fue pionera en la creación de la Federación de Asociaciones de Mujeres Sol Rural, y Coral reconoce que, aunque inicialmente su implicación fue casi inevitable por el ambiente familiar, el feminismo le dio la libertad y el sentido de propósito que necesitaba.
La transición de la investigación científica a la acción social no fue inmediata. Coral colaboraba con su madre en proyectos medioambientales, pero pronto comprendió que era necesario incorporar una perspectiva feminista específica para abordar las desigualdades que persistían en el día a día de las mujeres rurales. La igualdad legal no siempre se traducía en igualdad real, y el trabajo de base se convirtió en su principal herramienta de transformación.
La Federación Sol Rural: una red de mujeres para el cambio
Estructura y funcionamiento
Sol Rural es una federación que agrupa a 30 asociaciones de mujeres de la campiña jerezana, con una membresía que oscila entre 1.000 y 2.000 mujeres según el momento. La federación está confederada a nivel estatal y mantiene relaciones con otras organizaciones feministas, como Kombi, una coordinadora de entidades de mujeres que sirve de fuente de conocimiento y formación.
La estructura de Sol Rural es democrática y asamblearia. Las decisiones se toman en reuniones mensuales de dos horas y media, donde se debaten los puntos clave y se busca el consenso. Cuando surge una urgencia, la junta directiva se reúne para tomar decisiones rápidas. Coral destaca que el objetivo no es el personalismo, sino el bienestar de la entidad y de las mujeres a las que representan.
Proceso de integración y valores compartidos
Para formar parte de Sol Rural, una asociación debe pasar un año de prueba, durante el cual se evalúa la compatibilidad de objetivos y valores. La federación prioriza el trabajo con la base, escuchando las necesidades reales de las mujeres y adaptando sus acciones a las demandas formativas, laborales y personales que surgen en el territorio.
Aunque existen perfiles profesionales dentro del tejido asociativo, Sol Rural valora especialmente la cercanía y el compromiso con la comunidad. Las discrepancias se resuelven mediante el diálogo y la búsqueda de puntos en común, lo que ha permitido tejer una red sólida y respetada tanto a nivel local como estatal.
Feminismo en acción: logros y desafíos
La voz de las mujeres rurales
Uno de los hitos más importantes de Sol Rural ha sido la celebración del Día de la Mujer Rural, el 15 de octubre. En esta fecha, la federación reúne a políticos y políticas de la provincia para exigir mejoras en la calidad de vida del medio rural y reivindicar los derechos de las mujeres. Coral recuerda con orgullo cómo, desde los inicios, han logrado sentar a las autoridades y poner sobre la mesa las demandas feministas.
Otro avance significativo ha sido la participación en la plataforma A23, donde, durante 12 años, las mujeres han liderado la interlocución con la Consejería de Fomento, logrando inversiones millonarias en infraestructuras gracias a una forma de trabajo basada en el diálogo, la escucha activa y la sororidad.
El reto de los cuidados y la igualdad real
Coral señala que, aunque las mujeres han conquistado espacios públicos, el ámbito privado sigue siendo un terreno de desigualdad. El "gran melón" de los cuidados está sobre la mesa: ¿quién cuida a las cuidadoras? La federación trabaja para visibilizar esta problemática y promover políticas que reconozcan y valoren el trabajo invisible que sostienen las mujeres en sus hogares y comunidades.
La lucha feminista exige estar siempre alerta, ya que los avances pueden retroceder en cualquier momento. Sin embargo, Coral mantiene una visión positiva y reconoce que, comparado con las generaciones anteriores, se ha avanzado mucho. Las nuevas necesidades que surgen son reflejo de los logros alcanzados y del camino que aún queda por recorrer.
El Consejo Local de la Mujer: unidad y diversidad
El Consejo Local de la Mujer está formado por asociaciones, sindicatos y organizaciones con secretarías de género. Coral destaca la fortaleza y diversidad del grupo, capaz de construir un bloque común para impulsar políticas de igualdad en el ayuntamiento. La participación activa en los plenos y la elaboración de manifiestos son herramientas clave para mantener la presión y asegurar que las demandas feministas sean escuchadas.
La federación Sol Rural ocupa la vicepresidencia ciudadana del consejo, pero Coral insiste en que la verdadera autoridad reside en el colectivo: "Ellas son las que mandan sobre la vicepresidenta ciudadana y se hacen lo que ellas dicen que se haga". Esta horizontalidad y capacidad de consenso son fundamentales para el éxito del movimiento.
Liderazgo femenino: de la familia a la federación
El legado de las matriarcas
La influencia de la madre de Coral es palpable en su relato. Como matriarca avanzada a su época, ha sido fuente constante de lecciones y prudencia. Coral reconoce que, aunque a veces actúa con ímpetu, ha aprendido a escuchar y a tomar decisiones con calma, siguiendo el ejemplo de su madre.
La transición generacional en la federación también es un ejemplo de liderazgo compartido. Aunque Coral asumió el papel de representación debido a la enfermedad de su madre, actualmente la presidencia recae en Rocío Opaña Garrido, de la asociación La Hija del Sol. La confianza y la autonomía son valores que permiten a Coral seguir impulsando proyectos y tomar decisiones, siempre en el marco de la asamblea y el consenso.
Infancia, familia y raíces rurales
Coral rememora su infancia como una etapa feliz y privilegiada, marcada por la cercanía familiar y la vida en el pueblo. La cocina, especialmente la repostería y la gastronomía internacional, es una de sus pasiones, influenciada por su matrimonio con un marroquí y su afición por los platos típicos de la zona.
La relación con los animales también ha sido fundamental en su vida. Aunque no pudo estudiar veterinaria, su carrera en biología le permitió trabajar con aves marinas y desarrollar proyectos de conservación en las salinas de la bahía de Cádiz.
El impacto de las redes sociales y la tecnología
Coral reflexiona sobre el papel de las redes sociales en la vida contemporánea. Aunque reconoce su utilidad para mantener relaciones y difundir información, advierte que han deshumanizado las interacciones y han impuesto un ritmo de vida acelerado y exigente. La falta de una transición adecuada en el uso de la tecnología ha generado desafíos en la gestión del tiempo y la calidad de las relaciones personales.
La inteligencia artificial es otro tema que Coral menciona con cautela. Si bien reconoce su potencial para facilitar el trabajo, también alerta sobre los riesgos asociados a la manipulación de imágenes y la desinformación. La clave está en aprender a utilizar estas herramientas de manera responsable y ética.
Cultura, ocio y referentes feministas
Música, cine y literatura
La cultura ocupa un lugar importante en la vida de Coral. La música de los años 80 le evoca recuerdos de juventud y discotecas, mientras que las canciones con poder feminista son parte de su repertorio. En cuanto al cine y las series, prefiere las miniseries por su formato y profundidad, aunque admite que tiene dificultades para recordar los títulos.
La lectura es una constante en su hogar, con libros como "El segundo sexo" de Simone de Beauvoir y "El Evangelio según María Magdalena" de Cristina Fallarás en su mesilla de noche. El feminismo literario es una fuente de inspiración y reflexión para Coral y su entorno.
Viajes y lugares favoritos
Coral ha viajado por distintas ciudades, pero destaca Barcelona y Córdoba como lugares que le han marcado. La provincia de Cádiz, sin embargo, es su favorita por la riqueza y diversidad que ofrece. Sueña con recorrer Europa en autocaravana, una afición que tuvo antes de su divorcio y que espera retomar en el futuro.
En cuanto a la mejora de su ciudad, Coral eliminaría el racismo y promovería una mayor inclusión, especialmente para la comunidad marroquí, que enfrenta dificultades de integración.
Referentes y redes feministas
Coral menciona a varias mujeres que considera referentes en el feminismo local y nacional. Ángeles Álvarez, impulsora de la ley de violencia de género, es una voz que merece ser escuchada. Dentro del Consejo Local de la Mujer, destaca a compañeras como Domingle y Carmen Lana Grerán, así como a feministas radicales que aportan perspectivas valiosas al movimiento.
La importancia de tejer redes y mantener la sororidad es un mensaje recurrente en el discurso de Coral. La federación Sol Rural está abierta a recibir a quienes deseen participar en sus charlas y actividades, demostrando que el feminismo rural es inclusivo, diverso y transformador.
Conclusión: el feminismo rural como motor de cambio
La historia de Coral García Gago y la Federación Sol Rural es un testimonio del poder del feminismo en el medio rural. A través del trabajo colectivo, la escucha activa y el liderazgo compartido, han logrado avances significativos en la vida de las mujeres y en la transformación de sus comunidades.
El reto de los cuidados, la integración de la tecnología, la lucha contra el racismo y la promoción de la cultura feminista son desafíos que requieren atención y compromiso. Sin embargo, la experiencia de Coral demuestra que, con perseverancia y unidad, es posible construir un futuro más justo e igualitario para todas.
El feminismo rural no solo cambia la vida de las mujeres, sino que enriquece y fortalece el tejido social de los pueblos y ciudades. La historia de Coral es una invitación a seguir luchando, a tejer redes y a reivindicar el derecho de todas las mujeres a ser libres, felices y protagonistas de su propio destino.
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